La elección de una nave industrial adecuada no es solo una decisión inmobiliaria: es una palanca clave para la eficiencia y el crecimiento de cualquier empresa logística, productiva o de distribución. Pero ¿cómo saber qué tipo de nave conviene según la actividad?
Existen distintas maneras de clasificar las naves industriales. Conocerlas permite tomar decisiones más informadas y evitar inversiones poco alineadas con las necesidades operativas.
│ Elegir bien el tipo de nave industrial puede multiplicar la competitividad de una empresa.
Desde la distribución urbana hasta la producción pesada, cada uso necesita unas características específicas.
La primera distinción esencial se basa en el uso principal que tendrá la nave. Esto determina aspectos críticos como su ubicación, altura, número de muelles de carga o necesidades de refrigeración.
Diseñadas para la distribución de última milla, estas naves permiten un flujo constante de mercancía sin apenas almacenaje. Deben estar ubicadas cerca de zonas urbanas y contar con accesos rápidos para vehículos comerciales ligeros.
Pensadas para almacenar productos, estas naves requieren amplios espacios diáfanos, muelles de carga numerosos y zonas de maniobra para tráileres. Son habituales en zonas industriales interurbanas y pueden incluir cámaras frigoríficas.
Aquí se transforman materias primas. No priorizan el espacio diáfano, pero sí necesitan adaptaciones específicas como protecciones contra incendios, ventilación o refuerzos estructurales según la actividad.
Imagen sugerida: “Interior de una nave logística con estanterías industriales y vehículos de carga operando”
Aunque existen otras formas de segmentar, la más extendida es la que divide las naves según tamaño, altura libre, dotación de muelles y ocupación de parcela.
│ El auge de operadores logísticos ha impulsado el desarrollo de naves XXL de hasta 100.000 m².
El Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI) clasifica las naves por su nivel de aislamiento respecto a otras construcciones.
Este criterio es fundamental para actividades con riesgo medio o alto, y puede condicionar tanto la inversión como los seguros necesarios.
La estructura define el coste, el tiempo de ejecución, la durabilidad y las posibilidades futuras de ampliación.
│ La estructura de la nave influye directamente en su mantenimiento, vida útil y capacidad de adaptación.
En mercados como Valencia, TRIANGLE REM aplica un criterio técnico que permite separar el parque logístico obsoleto del que está adaptado a operadores de última generación:
Imagen sugerida: “Vista aérea de un polígono logístico moderno con varias naves y camiones en movimiento”
Las naves industriales no son un activo homogéneo. Cada tipología responde a usos, estructuras y normativas diferentes. Por eso, conocer las clasificaciones más relevantes —ya sea por función, protección contra incendios o criterios técnicos como los de TRIANGLE— ayuda a acertar tanto en inversión como en operativa.
│ Una buena nave no solo alberga mercancía: facilita procesos, reduce costes y anticipa el crecimiento.
Si estás evaluando comprar, alquilar o valorar una nave industrial, contar con especialistas puede marcar la diferencia. En Nabes, marketplace profesional de naves industriales, ayudamos a tomar decisiones con información precisa, asesoramiento experto y acompañamiento en cada paso del proceso.