
La sostenibilidad ha dejado de ser un valor añadido para convertirse en un requisito. En el sector industrial y logístico, las empresas buscan naves más eficientes, certificadas y alineadas con criterios ESG. ¿Qué implica esto para propietarios, inversores y promotores? ¿Cómo se adapta un activo a estas nuevas exigencias sin comprometer su rentabilidad?
│ La sostenibilidad ya no es solo una opción reputacional: es una exigencia del mercado y un factor de revalorización inmobiliaria.
Reducir consumos no es solo una cuestión de ahorro. Hoy, contar con una nave eficiente energéticamente es también una forma de atraer inquilinos más exigentes y cumplir con normativas cada vez más estrictas.
Los principales elementos que se revisan en este aspecto son:
Además, la orientación del edificio, la altura libre y la tipología estructural también influyen en la capacidad de mantener una temperatura estable y reducir las pérdidas energéticas.

Contar con una certificación reconocida no solo mejora la imagen del activo, sino que también facilita su comercialización. Cada vez más operadores logísticos exigen que las plataformas que ocupan cumplan con criterios ambientales verificados.
Las más comunes son:
│ Una nave certificada LEED o BREEAM puede revalorizarse entre un 5 % y un 12 % frente a una nave convencional similar.
La sostenibilidad ya no es solo una preocupación de los promotores. También lo es de los ocupantes. Las grandes empresas, especialmente las cotizadas o multinacionales, tienen compromisos públicos en materia ESG (Environmental, Social and Governance), y necesitan que sus instalaciones contribuyan a sus objetivos.
Esto se traduce en una demanda creciente de activos que:
Las empresas ya no solo preguntan por el precio del alquiler o la superficie. Preguntan por la huella de carbono, los certificados disponibles y los costes operativos de largo plazo.
Convertir una nave convencional en un activo más sostenible es posible, aunque requiere inversión y planificación. Algunas de las reformas más habituales incluyen:
│ Las mejoras sostenibles bien ejecutadas pueden amortizarse en 5 a 8 años gracias al ahorro energético y a una mayor facilidad de alquiler.
Imagen sugerida: “Interior de una nave logística con iluminación LED, suelo limpio y puestos de carga eléctrica”
Más allá del cumplimiento normativo, la sostenibilidad es una inversión estratégica:
En muchos casos, adaptar una nave a los nuevos estándares permite acceder a inquilinos premium, con contratos de mayor duración y menor rotación.
El sector logístico vive una transformación profunda. Las naves industriales ya no se valoran solo por sus metros cuadrados o su ubicación. La eficiencia energética, las certificaciones ambientales y la adaptación a criterios ESG están redefiniendo qué significa ser competitivo en este mercado.
Para propietarios, promotores o inversores, el reto no es menor. Pero tampoco lo es la oportunidad: apostar por la sostenibilidad no solo es responsable, también es rentable.
En Nabes, ayudamos a identificar qué mejoras pueden aportar más valor a cada nave, asesoramos en la búsqueda de certificaciones y facilitamos la conexión con expertos en reformas sostenibles. Ya sea para comercializar un activo, valorarlo correctamente o adaptarlo a nuevos estándares, acompañamos a cada profesional en decisiones clave para el presente y el futuro del sector.